martes, 1 de mayo de 2012

¿Qué hacéis?

Dicen que todas las desgracias vienen de golpe. Y qué peor que afecten a tu amistad.

¿Acaso ninguno de vosotros se acuerda ya de aquellos días? Yo era la primera que presumía de tener verdaderos amigos, de poder formar parte de un grupo que nunca se iba a separar. Tenía plena confianza en cada uno de vosotros, en vuestra madurez, en vuestra convivencia. Pero, ¿cuál ha sido mi sorpresa? Ver como mis amigos discuten, y discuten, y vuelven a discutir. Ver como todos y cada uno de ellos parecen haber dejado atrás aquellas mañanas, tardes y noches de verano. Ver como todas las risas se han quedado en puros recuerdos. Ver como los trapos sucios aparecen por cada una de nuestras bocas, dándonos en la espalda, ensuciando nuestra amistad.

Os echo de menos. Os echo de menos a cada uno. Pero lo que de verdad añoro es ese grupo que vivía de las sonrisas, de las bromas, de las noches de descontrol, de las mañanas de resaca, de los viajes, de la diversión, de la confianza... ese grupo en el que todos eran amigos, y no rivales.

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